Nuestra
incursión en la mejor pinacoteca de Europa tenía como objetivo el estudio de la
Mitología a través de la pintura y la
escultura. La mitología ha sido una fuente inagotable de inspiración artística
y literaria a lo largo de los tiempos y muy especialmente en el Renacimiento,
el Barroco y el Neoclasicismo. Se han recreado tanto los mitos más importantes
como diversos episodios secundarios, en ocasiones con gran fidelidad, en otras
como mero pretexto estético.
De
los 3050 cuadros propiedad de este Museo (manejamos cifras del actual catálogo
de pintura), 177 están dedicados a temas clásicos y de ellos 165 son puramente
mitológicos
Innumerables
son las personas que pasaban a lo largo del museo emocionándose ante la armonía
de las líneas o ante las matizaciones del color en estos cuadros que nosotros
también teníamos delante, pero sin ver lo que estaban mirando, es decir, sin
comprender qué es lo que el pintor o el escultor quiso representar en esas
imágenes debido a su carencia de los más rudimentarios conocimientos
mitológicos, pues en toda época, y muy especialmente en el Renacimiento, se ha
desarrollado, junto a otros diversos, un tipo especial de arte inspirado en la
historia del mundo clásico, tanto real como mítica, porque también lo
mitológico es en cierta medida histórico: la historia de una época de la que no
tenemos más elementos de conocimiento que los mitos.
En
nuestra visita al Museo del Prado para
estudiar la Mitología clásica a través del arte hemos podido contemplar
y recrearnos en las obras de pintores tan interesantes como Rubens, Tiziano,
Velázquez, Patinir y Poussin, sin dejar
de lado al Goya de las pinturas negras y su Saturno como símbolo del paso del
tiempo, un dios implacable que todo lo devora, incluidos sus propios hijos.
Nuestros
alumnos disfrutaron mucho porque “entendían todo lo que veían”.